Mi experiencia vital me lleva a atravesar diferentes situaciones personales de abuso de poder por parte de una mentalidad patriarcal. Durante la adolescencia y juventud mi cuerpo enferma y esto produce un cambio profundo en mi manera de percibir la vida. La Danza a través de diferentes enfoques y la Gimnasia Rítmica me ayudan a encarar estas circunstancias como oportunidades para el desarrollo personal. Después de este proceso comienzo a investigar en las danzas sagradas y rituales circulares e inicio un viaje por el mundo, siendo el Soma o Giro Derviche el vehículo que me acerca a una sabiduría y tradición muy antiguas y al mismo tiempo muy presentes. Este movimiento circular está inspirado en el cosmos y su eje es el corazón. Su hábito ha implicado un puente a las profundidades del ser, acercarme a lo divino.
Las artes marciales me encuentran a una edad temprana: el Muay Thay, arte milenario concebido por monjes budistas, me ha trasmitido confianza personal para sentirme segura, libre para conducir mi vida, proporcionándome herramientas físicas y psicológicas para defenderme de agresiones machistas y ha hecho que desarrolle capacidades para enfrentarme a esas violencias y neutralizarlas.
Durante la Formación en Psicoterapia Corporal observo que en mi cuerpo se manifiestan conflictos psicológicos en forma de corazas corporales. Esta experiencia me permite ahondar en mis capacidades y dificultades personales para descubrir cuáles son los bloqueos que existen y qué me está sucediendo para mantenerlos activos. A través del movimiento consciente permito que la energía del cuerpo fluya de tal forma que llegue a deshacer los nudos corporales, recuperando la capacidad de conectar con mis necesidades, alegría de vivir y bienestar.
La Formación en Danza Integral me ayuda a contextualizar y asentar mi experiencia previa en corporalidad; aportando un método pedagógico que reúne herramientas creativas, terapéuticas, orgánicas, inspiradoras e intuitivas, que generan consciencia y transformación en las personas y favorece la conexión con su propio potencial, con su Ser auténtico y genuino, integrándolo poco a poco en el día a día.
El Feminismo supone «un darme cuenta» profundo, ir a la raíz de circunstancias vitales acontecidas en mi pasado y que siguen perpetuándose en la actualidad. Observar la construcción sociocultural de género me ayuda a integrar aspectos en mí pendientes de actualizar, me formo como Promotora para la Igualdad efectiva de mujeres y hombres e inicio una andadura más comprometida con procesos de empoderamiento personal y con otras mujeres.
Al realizar el Postgrado en Educación Sexual en la Universidad Pública de Navarra comienzo a adquirir el conocimiento del hecho sexual humano, estudiando la respuesta sexual humana, y las peculiaridades eróticas. Este espacio de aprendizaje me aporta un mayor conocimiento acerca de mi propia sexualidad, la forma en que me vivo y me expreso como mujer, las relaciones de poder entre mujeres y hombres en sus afectos y sexualidades. Después de esta intensa formación emerge una responsabilidad para expandir, diseminar este conocimiento a través de la corporalidad, el movimiento y la danza, creando espacios junto con otras personas, para recuperar el cuerpo, instinto y sexualidad, legitimándonos al placer, a la emoción: contemplando todo ello como una fuente de energía y no como tabúes. A través del autoconocimiento, el cuidado, dedicación de tiempo y espacio para explorar nuestro deseo, erotismo, sensualidad, sexualidad, e inspirándonos creativamente, en los movimientos propios y genuinos corporales basados en la escucha y disfrute de una misma, considero que puede ser una forma de conectar con la alegría de vivir, la fuerza interna que nos transforma a nosotras mismas en sujetos activos de nuestras vidas, transformando así la sociedad de forma más igualitaria.
La experiencia que hoy puedo compartir se la debo a lxs profesorxs y maestrxs que me abrieron las puertas a su sabiduría y cariño, en especial a Antxoni Olloquiegui y a Grand Master Narong Wongsoonthon (LEK). Mi enorme agradecimiento a todxs ellxs.
Es en el trabajo con mujeres en diversos contextos y facilitando cursos y talleres de autoconocimiento y conciencia corporal para mujeres migradas y en riesgo de vulnerabilidad social, personas con diversidad funcional, Talleres de Expresión Corporal y Danza Mujer en diferentes Asociaciones, Eco-Aldeas y Proyectos, lo que más me ha enseñado, aportado a nivel humano y experiencial. Agradecimiento profundo a cada una de esas personas y a cada grupo con el que he compartido un trocito de vida.
Nace en Abaurrea Alta (Navarra). Estudia en el colegio de huérfanos de Magisterio de Zaragoza y es licenciada en Literatura y Lengua Española por la Universidad de Navarra. Durante sus años como profesora, trata de transmitir a su alumnado su pasión por la poesía y por la literatura.
Entre 2005 y 2011, se forma en resolución de conflictos y en técnicas de comunicación y educación emocional y participa en el área de Convivencia en el Centro en que imparte clases.
Desde el 1999, se compromete intensamente en la práctica de la meditación budista. Jubilada desde 2011, apoya a personas en situación de duelo, colabora en talleres de autocrecimiento con mujeres. Desde 2012 atiende a personas en riesgo de suicidio y a familiares de estas.
En 2018 publicó el poemario “Dolor-gozo de la rosa” y en 2019 “El florecimiento de la rosa, Anuario del instante”. En el 2022 ve la luz “Paisajes que son vida”. La poesía y la meditación han sido y siguen siendo compañeras fieles y silenciosas que ayudan a comprender, profundizar y ampliar la experiencia vital.
Carmen Zorakiain Marañón (Fotógrafa).
Maider Kuadra (Fotógrafa).
Andrea Aguado García (Fotógrafa).
Lucía Cervantes (Ilustradora).