La cuentista transforma las historias en experiencias vivas, intensas, que estimulan la invención y la fantasía en quien las escucha. Ser cuentacuentos implica mi deseo de contar historias. Historias que sueño, invento, me cuentan y las “hago un poquito mías”. Los cuentos son un tesoro, que te cuenta alguien, lo reelaboras y se lo entregas a otras gentes. Los cuentos nos hacen viajar a otros espacios, a otros lugares, nos abren una puerta para vivir muchas más vidas que la que tenemos. Nos presentan personajes portadores de sabiduría y valores que nos evocan emociones, percepciones, sentimientos a través de las historias. Historias que las crea quien las escucha.